Transporte público

En mis múltiples viajes por la galaxia he visto cosas maravillosas.
Recuerdo con cariño la extraña fauna que encontramos en…, da igual podríais pronunciar el nombre.
Había unos gusanos metálicos que recorrían sin cesar las entrañas del planeta, sin que llegasemos a saber nunca el motivo.
Sus rugidos atronadores parecía atraer a su alimento hasta sus mismas fauces que estrañamente se abrían para defecar al mismo tiempo que para alimentarse.
Esta rara criatura articulada era veloz, aunque por más que miramos no le vimos ningún miembro motriz y después de estudiarlo con detenimiento llegamos a la conclusión de que no repta con la suficiente intensidad como para ser un reptil.
Fasciante por otro lado el planeta, el único en el que puedes sentarte y deleitarte con la fauna autóctona que constante pasa a tu lado dejándose observar y sin haber molestado apenas a vuestro narrador.
Hablaba del movimiento y de su escaso movimiento para reptar. Enseguida nos percatamos de que la alimaña mantenía digamos… sumergida una pequeña porción de su cuerpo en el suelo, con lo que más que deslizarse parecía nadar entre piedras.
Pasamos varios ciclos allí y nunca conseguimos descubrir cómo se impulsaba. Así que sin más nos embarcamos en otra expedición.

Esto es todo amigos.

PS: He pasado por alto mencionar a mi joven ayudante que, en un alarde de insensatez saltó al canal por el que…, se desplaza el ser gritando “¡desde abajo podré subirlo!” y tras un valeroso grito desapareció para siempre.

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